En un primer momento pensé en hacer una presentación formal sobre mi carrera, con enfoque en los cursos realizados y experiencias profesionales. Pero decidí no repetir el “blá blá blá” de siempre, hacer diferente, ir contra la corriente y contar un poco de mi historia personal… Mi lado B, mi lado de dentro, mi lado cóncavo.
En el transcurso de mi vida, la escrita siempre estuvo presente, siendo un medio de expresión, una manera de explicar lo inexplicable y de hacer entender lo no entendible. Marcó presencia en vacaciones, (de)silusiones amorosas, papeles perdidos por la casa, cuadernos durante clases desinteresadas, en el día a día de mis prácticas laborales y en los proyectos de mi carrera profesional.
No sólo «creé» mis historias o inventé algunas, pero también viajé en papeles ya rellenados que me llevaron a otras ciudades, países y mundos diferentes del mío…. De tantas proyecciones en la pantalla, cuántas vidas incorporé en la mía, culpa de quien estaba por detrás del guión. En algunos momentos aprendí la coreografía, pero hasta llegar allí bailé muy fuera del ritmo y hasta hoy, incluso con toda la dificultad que puedo tener, aprendí a nunca dejar de bailar, ni que sea dos para allá, dos para acá. Mis ojos «leyeron» tantas cosas y yo siempre creí que su mayor capacidad era la de leer las almas. Quizás ellos me han engañado y decepcionado cuando intentaron desvendar la mirada del otro, pero nunca fallaron cuando fueron llenados por los colores, formas, abstracciones y texturas. Me vestí y me desnudé con lo que me dictaron y hoy trato de crear mi propia moda.
Después de años explorando todos los medios «tradicionales», digo, los que siempre estuvieron presentes en mi vida y en las tuyas, he entendido que para continuar escribiendo más historias, sean ellas mías o aquellas que crío en mi trabajo para productos y marcas , yo también necesitaba conocer otros medios. Confieso que los libros continúan sobre la cómoda, la colección de películas en el estante y las pinturas encuadradas en la pared de la sala. Todavía tengo algunos vinilos y CDs en el cajón, fotografías amasadas en cajas guardadas en mi habitación y textos perdidos en viejos papeles. Pero todo eso, ahora compite con mis accesos diarios en blogs, páginas web de tendencias, redes sociales y las más diversas plataformas digitales que desafían la noción de tiempo y espacio, nos llevan tan lejos sin salir del lugar, nos permiten conocer al otro a la distancia y estar con él sin estar. Y, es gracia las posibilidades de la comunicación digital, que nos conecta y me pone junto con vosotros, que puedo, entre unas y otras historias, presentarme antes de estar ahí…
Encantada, mi nombre es Ede, pero me podéis llamar de Edinha.