El uso habitual que hacemos del móvil es básicamente frívolo: lo utilizamos para cotillear, para entretenernos, etc.
En cambio, en los países en vías de desarrollo el móvil resulta, cada vez más, una herramienta básica. Hay estudios que afirman que cuando a un poblado llegan 100 móviles se dispara la renta per cápita. Allí el móvil te permite hacer negocio y se usa para cosas prácticas como pagar, conocer los precios del mercado, etc… Si tienes que vender un producto como la cebada, gracias al móvil puedes saber qué precio se paga en cada pueblo.